domingo, 27 de julio de 2008

CUADERNO DE BITÁCORA


1 de agosto
Comienza el espectáculo
Poca personas como una que se dedica al teatro conocen el significado de la "espera activa"; una espera ilusionada, nerviosa, trabajadora... Una espera que trata por todos los medios de que la hora límite no la pille de imprevisto y que cuando se "abra el telón", en este caso, las Puertas de la Mota, pueda salir sin miedo a darse por completo al público. En esos minutos previos al estreno uno repasa todo el proceso desde que en una hoja de papel se plasmaron hace un año y medio las palabras "Buen Amor", mucho tiempo ha pasado, muchas horas de lectura, muchas horas de soledad compartida, compartida con personas que hace mucho tiempo que ya no están y se dignan a pasar algo de su tiempo contigo; es el diálogo entre Juan Ruíz, que actuaba de anfitrión, y otra serie de ilustres tan distantes en el tiempo como Platón, Shakespeare, Lorca u Oscar Wilde... Es un diálogo en el que la búsqueda del "Buen Amor" se convierte en horas y horas de divagaciones, alegrías, penas... Y sobre todo, son horas en los que puedes buscarte a ti mismo y determinar si eso que alguna vez has podido sentir se asemeja a lo que otros ya escribieron por ti. Y todo esto aliñado con la puesta en práctica, generalmente involuntaria, de lo que estás leyendo.
Existe una idea clave en todo esto que es la que un amigo mio, apasionado de la literatura, me dijo en una ocasión: "cuando alguien me dice que para qué sirve la literatura yo me extraño, pues la literatura es todo, la literatura te habla sobre ti mismo", es por ello que es un placer redescubrir cada noche los textos sobre los que versa el espectáculo, cada lectura descubre un nuevo matiz, una nueva visión de las cosas, una nueva calle abierta en esa eterna búsqueda que durante tanto tiempo nos ha acompañado, nos acampaña, y que espero, nos acompañe ¿Dónde está el amor?
Y mientras tanto, esa dulce rutina que se iba aproximando marcada por el ritmo de las actuaciones: encontrarnos en las faldas de la Mota, subir, acondicionar los escenarios, maquillarnos, vestirnos, preparar el atrezzo y colocarlo con cuidado en el sitio en que minutos después será necesario. Y todo lleno de la energría (una mezcla entre energía y alegría) que da estar entre varias personas que por espacio de una hora serán otras muchas personas, de esas personas que encarnarán aquellos eternos personajes que otros pensaron.
La cosa es que... Creo que para nuestra suerte y tras muchas horas de preparación... Comienza el espectáculo.

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